Las
mujeres con epilepsia pueden quedarse embarazadas al igual que el resto de las
mujeres, sólo que necesitan una mayor atención por parte de su ginecólogo y de
su neurólogo, ya que durante el embarazo las crisis pueden aumentar, disminuir
o permanecer iguales (aumentan en el 15% de las mujeres, disminuyen en el otro 25%
y se quedan con la misma frecuencia en el 60% restante).
Como los
antiepilépticos pueden provocar malformaciones en el feto (defectos congénitos
cardíacos, paladar leporino, retraso mental y espina bífida, entre otros) se
puede considerar la retirada del tratamiento antiepiléptico si la mujer ha
estado libre de crisis durante un período entre dos y cinco años, ha tenido un
único tipo de crisis, presenta una exploración neurológica y un cociente
intelectual normales y el electroencefalograma se ha normalizado durante el
tratamiento. El riesgo de recidiva de crisis es mayor en los seis primeros
meses tras la retirada del tratamiento, por lo que el embarazo se deberá
planificar.
Los hijos
de madres con epilepsia en tratamiento tienen un riesgo mayor (del 4 al 6%) que
los de la población general (del 2 al 3%) de presentar anomalías fetales. La
politerapia es una de las causas principales.
En caso
de tratamiento durante el embarazo:
- El fármaco que debe utilizarse es aquel que mejor controle las crisis, con menores dosis y efectos adversos en función del síndrome epiléptico y tipo de crisis de la paciente. Siempre que sea posible, se utilizará la monoterapia.
- No hay en la actualidad evidencias suficientes que aconsejen el uso de un fármaco en concreto. Los cambios de tratamiento durante el embarazo están desaconsejados.
- Se recomienda el uso complementario de ácido fólico antes de la concepción y durante el embarazo, 5 mg/día.
- Se debe administrar 1 mg de vitamina K por vía intramuscular en el momento del parto a todos los niños nacidos de madres en tratamiento con fármacos antiepilépticos inductores enzimáticos.
- El embarazo de una paciente con epilepsia en tratamiento debe considerarse de alto riesgo.
- En la actualidad, además de las malformaciones fetales, también se presta atención a la posibilidad de que la exposición a los fármacos antiepilépticos durante la gestación pueda tener, a medio plazo, efectos en el desarrollo cognitivo del niño.
- La mayoría de las mujeres tendrán un embarazo y un parto normales.
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