Los hombres también pueden sufrir cambios en su ciclo hormonal debidos a la epilepsia y a los fármacos antiepilépticos. Ésto puede perturbar la vida sexual, ya que la incidencia de disfunciones sexuales en personas con epilepsia es mayor que en personas con otras afecciones neurológicas crónicas.
Por eso es importante tener bien controlada la epilepsia y conocer las posibles alteraciones que puedan surgir, para así poder llegar a disfrutar de una vida sexual plena.
Por eso es importante tener bien controlada la epilepsia y conocer las posibles alteraciones que puedan surgir, para así poder llegar a disfrutar de una vida sexual plena.
Las alteraciones sexuales más frecuentes en el hombre son:
- Disminución de la libido: el deseo sexual se ve disminuido.
- Disfunción eréctil: incapacidad para alcanzar o mantener una erección suficiente para una actividad sexual satisfactoria.
- Alteraciones de orgasmo y eyaculación.
- Disminución de la fertilidad: por alteraciones en la estructura y movimiento de los espermatozoides.
Las causas de estas alteraciones:
Las disfunciones sexuales se deben a diversos factores: la baja autoestima, la depresión, la ansiedad, la sobreprotección de los padres y una vida social limitada pueden afectar al desarrollo de una vida sexual normal. Además, también influye negativamente la relación que el paciente efectúa entre las sensaciones sexuales con parte de una crisis real (o con el aura que precede una crisis). Los enfermos suelen pensar además que la actividad sexual puede desencadenar una crisis, cuando ésto sólo se ha dado en un número de casos muy raros y limitados.
La sexualidad también se puede ver afectada por las alteraciones que se producen en las funciones neurológica y endocrina como consecuencia de la epilepsia a través de:
- La actividad epileptiforme en el cerebro puede alterar los sistemas de regulación de las hormonas sexuales.
- Algunos fármacos antiepilépticos pueden interferir en el metabolismo de las hormonas sexuales.
- Otras enfermedades concomitantes como por ejemplo una depresión, ansiedad,...
- La toma de otros medicamentos como antihipertensivos o corticoides.
Las alteraciones sexuales son más frecuentes en hombres con epilepsia que en hombres sin epilepsia. Esta frecuencia también varía según el síndrome epiléptico: son más frecuentes en las epilepsias focales, sobre todo en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal.
Medicamentos antiepilépticos y sexualidad
Algunos antiepilépticos clásicos están asociados a la disfunción eréctil y a la disminución del deseo sexual, no obstante, los nuevos fármacos antiepilépticos de tercera generación, en comparación con los anteriores, tienen escasa incidencia en la función sexual. Aún así, es necesario tratar este aspecto de manera individualizada con cada paciente.
Algunos antiepilépticos utilizan los mismos mecanismos de metabolismo que una proteína que se une a la testosterona (la hormona sexual masculina más importante). La disminución del metabolismo produce un aumento de esta proteína en sangre, con el resultado de que una mayor parte de la testosterona se encuentre ligada a la proteína. Como sólo la testosterona libre tiene efectos biológicos, la concentración de la testosterona efectiva disminuye y puede causar disminución de la libido y disfunción eréctil.
La disminución del deseo y la excitación sexual es mayor en pacientes que utilizan medicamentos antiepilépticos sedantes como barbitúricos, aunque esto también puede ocurrir con cualquier medicamento antiepiléptico en determinadas personas. Es importante considerar medicamentos antiepilépticos alternativos, ya que un paciente puede tener problemas sexuales con una medicación y, sin embargo, tener una vida sexual completamente normal con otra medicación.
¿Qué se puede hacer?
Es importante hablar con el neurólogo, ya que el tratamiento terapéutico empieza por explicar al paciente que la disfunción sexual puede estar relacionada con la epilepsia, lo que supone un alivio para aquel que haya atribuido estos problemas a otros factores personales. Un historial sexual puede determinar si la disfunción es crónica o temporal y si existen otros factores que estén influyendo (como estrés agudo o crónico, enfermedades recientes, otros medicamentos que no sean los medicamentos antiepilépticos, consumo de sustancias, etc.)
Se deberá realizar un reconocimiento neurológico y físico y los estudios de laboratorio adecuados para descartar cualquier otra condición médica que pueda causar disfunción sexual (diabetes, hipertensión, hiperlipidemia y trastornos del sistema endocrino). Se deberán medir los niveles de testosterona, estrógenos, prolactina y hormona luteinizante. Es posible que se prescriba una consulta urológica.
Las dificultades eréctiles pueden responder a medicaciones que facilitan la vasodilatación y relajación del músculo.
Por último, si no existe ninguna causa orgánica de disfunción sexual que se pueda corregir, la persona afectada puede ser remitida a intervención psicoterapéutica como terapia de pareja o educación sexual.
Se deberá realizar un reconocimiento neurológico y físico y los estudios de laboratorio adecuados para descartar cualquier otra condición médica que pueda causar disfunción sexual (diabetes, hipertensión, hiperlipidemia y trastornos del sistema endocrino). Se deberán medir los niveles de testosterona, estrógenos, prolactina y hormona luteinizante. Es posible que se prescriba una consulta urológica.
Las dificultades eréctiles pueden responder a medicaciones que facilitan la vasodilatación y relajación del músculo.
Por último, si no existe ninguna causa orgánica de disfunción sexual que se pueda corregir, la persona afectada puede ser remitida a intervención psicoterapéutica como terapia de pareja o educación sexual.
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